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En el principio era el Verbo,
el Verbo estaba con Dios
y el Verbo era Dios.
Éste estaba en el principio con Dios.
Todas las cosas por medio de él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
En él estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no la dominaron.

Hubo un hombre enviado por Dios, el cual se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino un testigo de la luz.

La luz verdadera que alumbra a todo hombre
venía a este mundo.

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10 En el mundo estaba,
y el mundo fue hecho por medio de él;
pero el mundo no lo conoció.
11 A lo suyo vino,
pero los suyos no lo recibieron.
12 Mas a todos los que lo recibieron,
a quienes creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
13 Estos no nacieron de sangre,
ni por voluntad de carne,
ni por voluntad de varón,
sino de Dios.
14 Y el Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;
y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre.

15 Juan testificó de él diciendo: «Éste es de quien yo decía: “El que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo.”»

16 De su plenitud recibimos todos,
y gracia sobre gracia,
17 porque la Ley fue dada por medio de Moisés,
pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie lo ha visto jamás;
el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre,
él lo ha dado a conocer.

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Así ha dicho Jehová:
«Regocijaos en Jacob con alegría;
dad voces de júbilo a la cabeza de naciones.
¡Haced oír, alabad y decid:
“Salva, Jehová, a tu pueblo,
el resto de Israel”!
Yo los hago volver de la tierra del norte,
los reuniré de los extremos de la tierra;
entre ellos, juntamente, a ciegos y a cojos,
a la mujer que está encinta y a la que dio a luz.
En gran compañía volverán acá.
Irán con llanto,
mas con misericordia los haré volver
y los haré andar junto a arroyos de aguas,
por camino derecho en el cual no tropezarán,
porque yo soy el padre de Israel,
y Efraín es mi primogénito.

10 »¡Oíd palabra de Jehová, naciones,
y hacedlo saber en las costas que están lejos!
Decid: “El que dispersó a Israel,
lo reunirá y guardará,
como el pastor a su rebaño”,
11 porque Jehová redimió a Jacob,
lo redimió de mano del más fuerte que él.
12 Vendrán con gritos de gozo a lo alto de Sión
y correrán a los bienes de Jehová:
al pan, al vino, al aceite
y al ganado de ovejas y de vacas.
Su vida será como un huerto de riego
y nunca más tendrán dolor alguno.
13 Entonces la virgen danzará alegremente,
junto con los jóvenes y los viejos;
cambiaré su llanto en gozo,
los consolaré
y los alegraré de su dolor.
14 El alma del sacerdote satisfaré con abundancia,
y mi pueblo será saciado de mis bienes,
dice Jehová.»

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12 ¡Alaba a Jehová, Jerusalén;
Sión, alaba a tu Dios!,
13 porque fortificó los cerrojos de tus puertas;
bendijo a tus hijos dentro de ti.
14 Él da en tus territorios la paz;
te hará saciar con lo mejor del trigo.
15 Él envía su palabra a la tierra;
velozmente corre su palabra.
16 Da la nieve como lana
y derrama la escarcha como ceniza.
17 Echa su hielo como pedazos;
ante su frío, ¿quién resistirá?
18 Enviará su palabra y los derretirá;
soplará su viento y fluirán las aguas.
19 Ha manifestado sus palabras a Jacob,
sus estatutos y sus juicios a Israel.
20 No ha hecho así con ninguna otra de las naciones;
y en cuanto a sus juicios, no los conocieron.

¡Aleluya!

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Bendiciones espirituales en Cristo

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda bendición espiritual
en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo,
para que fuéramos santos y sin mancha delante de él.
Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos
por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado.
En él tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados
según las riquezas de su gracia,
que hizo sobreabundar para con nosotros
en toda sabiduría e inteligencia.
Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad,
según su beneplácito,
el cual se había propuesto en sí mismo,
10 de reunir todas las cosas en Cristo,
en el cumplimiento de los tiempos establecidos,
así las que están en los cielos como las que están en la tierra.
11 En él asimismo tuvimos herencia,
habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad,
12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria,
nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
13 En él también vosotros,
habiendo oído la palabra de verdad,
el evangelio de vuestra salvación,
y habiendo creído en él,
fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia
hasta la redención de la posesión adquirida,
para alabanza de su gloria.

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